Bien eres venido

Blog hecho de y para gente pretenciosa.


Friday 23 November 2012

Verdoso. Segundo movimiento.Diario#45

La verdadera noche oscura del alma es en la que uno se da cuenta de que en los casi veinte años que lleva consumiendo sustancias orgánicas para apropiárselas y hacer piel y huesos y músculos débiles,  no sirven para nada ni tienen ningún valor.

Es como si llegara una carta de muy lejos, del espíritu de uno, poniéndote al tanto de quién no eres, qué es lo que no tienes y por supuesto, lo que nunca llegarás a ser y tener y apropiar.

Porque me derrumbo ante ti, 
porque no merezco ante Dios mismo, que el corazón mío sienta lo que se siente cuando el Divino llega y llena todo de colores verdes, azuláceos, sangrantes, inocuos, tangibles, benditos.
No es que el humano sea autodestructivo, es que los que lo dijeron son de esa clase de organismos que no tenemos la capacidad de recibir nada más que mierda.

Todos los días te veo y no creo que ni todos los sacrificios, todas las anatemas, las santerías y milagrosos conjuros hagan siquiera que me veas a los ojos estos que tengo rojos, rojísimos, hinchados de tanto filtrar el incómodo dolor que llega de los oídos, la cabeza, la verga, las costillas y mi claramente mi intestino floreciendo.

Mi vida me persigue, el pasado del que no puedo huir porque soy yo mismo. Regresar al pueblo que me vió nacer sería como entregarme a los cuervos mis hijos preciosos y salamándricos, enjutos, verdes, azuláceos.
Y que me devoren, que agarren mi defectuosa bolsa de visceras y sudor y saliva y a jirones se me caiga la humanidad que me queda, pero que no se la coman porque está maldita. Estoy mil veces maldito.

No son perfectos tus dientes ni tus calificaciones. Definitivamente no podrías hacer un análisis estructuralista acerca de Dos Passos. Pero tienes tanta vitalidad y voluntad de poder.
Es tu cara, tu risa de duende, tu dinero, tu porte, tu pose, tus manos y tus dientes. Tu manera de hacer los días de este deforme homínido los mejores que pudo haber pedido, merecido y encontrado. Tu sentido de la moralidad bellísima y la gracia con que mueves a las masas para seguirte y abrir vaginas y anos y toda clase de agujeros.
Ayúdame Dios de los pecadores que el más soberbio está jalando el mundo en pedazos para que lo ayudes.

Tuesday 20 November 2012

Flores. Fuga tonal.

Es momento y es tiempo correcto de volverte a levantar los altares y prender los sahumerios.
- La ruca esa -con voz de hombre y piernas de pollo-
-No soy ni la mitad, ni la tercera parte de lo que debo de tener para estar adentro de ti.
(aparte) 
- No te oigo, ni siquiera poniéndote atención podría saber qué es lo que me quieres decir de tu boca.
- Me voy -esperando a que me detuvieras para siempre- tengo que ir a prenderte una veladora.
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El mundo se llena y se vacía todos los días, es ingenuo y asqueroso pensar que la dicotomía entre el arte popular y el academicista surgió en el posmodernismo y que la cumbia del pueblo del siglo XVIII era Bach, es soberbio pensar que el arte estaba al alcance de la población y que la masa realmente comprendió las vanguardias cultistas mientras la educación promedio era saber leer y escribir.

-Algún día te encontraré en tu estado basal y te voy a arrancar todo lo que pueda -Llorando le digo-
- No te escucho, cada vez que me hablas me voy acomodando entre tus lianas y me olvido de que existes, de que humano eres y mejor te acomoda ser Sipuncúlido o Ceratozamia.
-Mátame por favor -Con las últimas fuerzas no te digo porque te causaría pereza y hastío hacerlo-
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¿Esque acaso hay algo que me falte hacer, conjurar, maldecir, robar o maquillar para que mi cuerpo no se parezca a mi alma?
¿Quién eres tú, sino el reflejo de las flores que no puedo describir desde que ando drogado, sonámbulo?
Ando volteando a ver alrededor del metro, en el vagón del sueño y de la apatía, de los profetas ciegos, de los cantantes ciegos, de los ciegos que están bien ciegos y de el olor a humedad a las siete de la mañana saliéndose de bañar para irse a trabajar o a coger o a trabajar en coger.
El mundo es la totalidad de los hechos,  no de las cosas.
¿Pero no hay pues, una realidad dialéctica implícita en todo esto?
La praxis en el amor es entonces,  una orientada hacia la aniquilación, basada en la oposición al otro, con el otro mismo.
Si estuviera contigo, esto sería un juego de dominación entre el que ama más y el que no ama tanto,  yo como amo más porque no tengo nada más que hacer ni sé nada más en la vida, sería dominado terriblemente por ti.
No hay día en que soñar eso no deje, las noches después de cenar son el momento predilecto para ponerme  a elucubrar mi vida, mi aposento del alma, a tu lado.
En los miles de kilómetros que he viajado en carretera este año he podido darme cuenta de que no sólo soy tan pequeño y tan chiquito como un hombre en medio de la inmensidad de la Tierra, sino que habemos tantos de tu misma filogenia (entiéndase como familia humana) que te prendemos el sahumerio todos los días.
Te preparamos té y nos sentamos a platicar contigo por horas, de la familia, la esposa del jefe, el mal clima, la inseguridad y todos los temas conocidos como precoitales. La tertulia finaliza en agarrándote la espalda y toda la carne fibrosa, el ser divino y conspicuo que tienes floreando para mí.
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Grand Finale. Es hacer de mi expiación, un borrego sangrante y maravilloso,  una página de madera y esmeralda y porcelana coreana, una tazá de café porque tú no tomas café, todas las drogas del mundo porque tú no te drogas, todo el sexo y toda la felicidad que cabe en tu cuerpecito menudo, olímpico, moreno, verde, azul y sentirme verdaderamente y por única vez en el instante mejor del yo, el éxtasis sobrehumano de tus nalgas más pequeñas que las mías.

Tuesday 13 November 2012

Nydia. Preludio.

Catalogada como un error de Dios, dentro de la categoría de los errores de Dios.
Anestesia.Epílogo.Final de viernes de telenovela de horario estelar.Anadiplosis de lo absurdo.
Si alguien te escribiera un cuento (que sabemos nadie hará, ni Áyax en su espada auto matante) el incipit sería:
Mujer gigantesca, grandísima, tanto que eres más hombre que mujer, gloriosa en la mente y en la sabrosura.
Pero como no, y como esto no es un cuento libre de concurso del ITAM o alguna escuela que no sepa lo básico de análisis IB, el incipit será:
Nydia es una vieja que conocía desde el primer semestre pero no le hablaba porque es bien mamona con todos y si no eres burgués te abre.
En conociéndola, su ambiente es proletario, debido a que las normas burguesas (las que la sociedad ve, en sabiendo que existe toda una rama de zorrería dentro de este maravilloso mundo) no le permiten expresar las barbaridades que hace, en cambio, el pueblo le permite ser ella sin prejuicios, pero los odia a todos en el fondo.
Primero de kinder; la poesía no son sólo imágenes, digo porque en pleno siglo xxi gente sigue escribiendo así.
Digo, no es que me importe,  ni que las diplomonadas estén invadiéndome todo el cerebro, bajo cerebro, proto cerebro, etc.
Estás gorda para ser alta, estás morena para ser blanca. Pocas personas pseudoletradas existen ya en el mundo. Tus prejucicios son en realidad todo el conjunto de errores que cometió la clase intelectualista el siglo pasado. Eso es algo bueno de ti (en realidad es malo pero lo pongo para que no lo vea, todos sabemos que no lee).
 La carne dejó de tener un gusto seboso para llegar a ser otra cosa, algo coriáceo, rogelioso, como con un aroma a piel sin olor. Tu belleza radica en que tú misma te la inventas, maquinas en un telar una burka que protege tu fealdad y tus demonios evidentes.
Las indias de los valles centrales de Oaxaca tienen en sus huipiles las historias de sus vidas marcadas, el matrimonio, los vástagos, los hijos no logrados, las muertes de los queridos, los días celebérrimos, las lunas pasadas. Cuando mueras te lo pondrás para que no se te olvide nada de tu vida y Dios sepa qué juzgarte.
En la región del Itsmo, el único huipil de gala es la mortaja, ataviada de cientos de abalorios y cualquier rescoldo de color que pueda servir para guiar a la india al inframundo.
Fue algo padre, me divertí en jugando con las montañas, el valle no glacial y los cuernos que se forman vía meteorización y erosión de las millonarias rocas.
- ¿Entonces eres barista o qué? -dándo en entender a qué ella es barista o algo similarista-
Y María del Trigal se fue, bajando del cerro, a vender sus cosas de triguero.
Encontró a las Chinas oaxaqueñas, centro regulador de la sociedad colonial, mujeres que podían caminar del mismo lado que los hombres, que usaban los calzones de seda y la veladora quemándoles las pestañas cada vez que iban al rosario de las ocho de la noche.
- ¡Tú, hija del nopal! Vete a vender a ese lado de la plaza, en la entrada sur por donde llegan los pobres, los ciegos, los leprosos no porque aquí no hay eso y no sé que es y las prostitutas.
Un ciego leproso todos los días cuando regresaba al monte con sus piedras e hijos en el lomo, le pedía comida y dinero, tú María sólo le dabas unos palazos y te echabas a correr.
Hasta que los caciques llegaron, terratenientes que pasaron a reclamar todo el pueblo que por derecho les pertenecía. Inmutables llegaron por las puertas centrales, las del norte, dónde estaban las casas de los ricos y del gobernador. En carros triunfales consulares, con los negros en delante de ellos tirándoles rosas, marías, rosarios, luces, dioses y un cosquilleo entre las piernas que no sabía María del Trigal que era lo que sentía.
Pero no se había engalanado por los conquistadores sino por el que manejaba el carro, un hijo de mozo de doña Mago, una vieja que atendía la tienda de licores, ella no tomaba sólo se limitaba a venderlo y toda su familia era igual a ella; como posromanticistas típicos de principios de siglo. 
El hijo era no tímido, le gustaban los sombreros y usar ropa holgada. Vivía ensimismado porque su padre se había ido a combatir a los Uruguayos por la frontera de la república y los indios salvajes (ya que hay indios civilizados como María del Trigal de los Santos de los Últimos Días y García que se les permite vivir en los cerros, arriba de los pueblos, así como vender sus artilugios a cambio de comida y tonterías así), desde niño le gustó hacerse la de soldado francés, siendo de cara enjuta y morena como Ámerica misma y como la licorería La Fe  en la que se le tendió un altar a don Gaspar hasta el día que volviera de la guerra, que todos sabemos no volverá.
Cuando María le miró el bulto que hacían bajo sus pantalones de lino viejo sus testículos, sintió el cosquilleo que su madre le había prohibido sentir y que castigó llevándola con el padre Eugenesia para que la curara, además de una dosis pequeña (grande) de golpes en todo el cuerpo que no se ve cuando se pone el huipil.
- No te sueltes dulce, porque yo soy el hombre más fuerte que existe en todo el pueblo fantasma este.
- Me duele -dijole entre llorando y tratando se ser lo más mujer posible-.
- A mí me duele más, yo siento más que tú porque eres mujer y las mujeres no sienten como los hombes.
- Te creo - casi susurrándole al ombligo peludo del hijo de doña Mago-.
El conocimiento mágico que las diecisiete familias que habitaban en el monte le había ofrecido a la india un bajage cultural muy fructífero, tanto como para darse cuenta de que la mujer es el centro rector del universo, receptáculo de las semillas del hombre y educadora y alimentadora de sus hijos del hombre, por lo que en consecuencia odiaba a Marcos el hijo de doña Mago que en realidad y verdaderamente pensaba que él y sólo él era mujer, hombre, dador y copulador de la vida misma.
María tenía catorce años cuando conoció a su hombre que la domaría para siempre, como nunca le había salido sangre por el hoyo que no era para sus desechos y se tocaba los pezones duros maduros, cafés y dorados con un pecas morenas, sentía que necesitaba tener ya al hombre con el que se iba a casar.
Nunca se fijó que el gobernador la quería de concubina, porque a pesar de ser una sangre sucia tenía unas nalgas que se le notaban cuando se ponía el traje de los domingos para ir a la misa del obispo cada fin de mes, y en los funerales, los cumpleaños de los viejos más viejos y en celebraciones eucarísticas importantes.
La ultrajó un viernes de agosto, cuando todos se preparaban para irse a dormir, ya nadie estornudaba, la lluvia se había acabado, todos aflojaron los músculos y se prepararon para que la luna se metiera en sus problemas espirituales (psiquiátricos) de indio. María estaba llena de luz en el estanque, bañándose tarde deseándo que algún espíritu se la llevara, o Marcos en el mejor de los casos. El gobernador la penetró ese día o noche.

Friday 2 November 2012

La reina de los demonios

Yara, nombre más raro sí hay. Como Pedro o Isaac.
Segismunda.
Doña Tremebunda
Moha, mójame.
Sácamela.
Esta.
Calderón de la Barca es la síntesis del barroco, no hay nadie más grande que él.
Como cuando le ayudé al diabolo en su exposición de eso.
Como cuando salimos la primera vez, tu atavía dura, de mujer envuelta como tamal en una niña.
El espacio, el abrumador espacio escultórico.
Abrazados como para nunca desjuntarnos, para estar siempre juntos, para estar siempre juntos.
Pues hay que ser novios.Y fuímonos como con Pancho Villa y los ctenóforos.
Eres como mi ganglio circumesofágico. No hay nada más allá de lo que tengo, en vez de tú.
Vamos al centro, Allende Red. Te paso en el celular a mi mamá. La saludas y se va.
Mi depa, el brassier críptico, la gloria misma.
Tu Coyoacán, pueblo heteróclito, misa de gallo. Festival de hermosura.
La madriza que me das todos los días es como la bendición que me hace tocar tu puerta todas las alboradas y que nunca me abras.

Me gustas a manera de que me gusta estar tirado en la nada o en la arena, sentir tu sexo y que te burles de mi deformidad.
No más mírame un rato; quiero que conozcas lo que conoce todo el mundo. Semejose a toda la merluza de la ciudad. No tengas problemas ni vida ni olores ajenos. Sólo te quiero y ya.
Indulgencia ni a plomazos, ni las gordas de Delia o del rayo McQueen etéreo.
Te puedo procurar como si estuvieras enferma, lo que puedo hacer es hacer lo que como buenos homínidos, primates, mamíferos, vertebrados, cordados, deuterostomados, bilaterales, triblásticos, animales, seres vivos, materiales, existentes, reales; hacemos
idolatrar y sufrir porque no me quieres, como buenos posmodernos.
Sólo háblame y te respondo con la plenitud de mi aforo, con mis nefronas, mi celoma aciago.
Me pongo a cortarme el abdomen, me saco el tubo digestivo completo, lo agarro de extremo a  extremo, la boca por un lado y el ano en la otra mano, represento una cuerda para saltar y me pongo en medio de la carretera (la salida a Cuernavaca) a brincar hasta alcanzar el cielo, donde se que no estás
porque tú estás aquí conmigo, matándome porque muy bien sabes hacerlo.

Cáscara de naranja.

La gracia, en su gracia, no es accesible a cualquier desgraciado.
Tú, en tu gracia,  eres accesible a ningún desgraciado.
Me abro.

Nunca, en mis cuarenta y seis años de estar parado en el mundo, me habían dado tantas ganas de escribir.
Y no es porque la muerte, en su gracia,  ni por ser día de los muertos, me arrime su paquetote y me diga como en reminiscencias de úlcera que me tengo que ir con ella. 
Es porque la vida,  en su antigracia, me llena de estos como se llamen, agriosas y curtidas texturas de amor.
De tú en lo que más te corresponde, la gracia.

¿Quién soy yo sino todo lo que soy, en consecuencia de no ser, una naranja que esas que vemos todos los días, una tanyerina, una plomada de catedral o de biólogo, un error de Dios?

Uno no puede comulgar, es decir, recibir a lo que venimos al mundo, venir a pasar a tener a Dios adentro para siempre, si no está en estado de gracia o por lo menos confesado y penitenciado.

Ivet, en su gracia, es como los espíritus, como la Aurora de rosáceos dedos, tan igual al café que nunca me permito probar, tan diferente a todo lo que en esta ciudad es bueno, bello, y sexualmente un objeto.
Como un mito, un truco, una treta,  una papanatas sin rostro, un mal chiste con un pedo,  un pedazo de mierda de microbús,  una Iztapalapa incendiándose, una Condechi arábiga, como la misma gracia que la llena Virgen tiene. Has pasado de ser mi amiga a mi madre y de madre a pluma para escribir para pasar a ser mi conciencia, nadie en el mundo me anticonoce mejor que tú. 

En cambio, la sangre, el rosa,  la prosa limpia, clara y honesta, el sol que no sirve, el tráfico inmutable, los viejitos muertos de hambre, los Chelicerados, el gonoporo, el dioico.
¿En cambio qué?
En cambio tú, que me dejas porque me lo merezco. Que me lloras porque estoy muerto. Ni Dos Passos ni Cuetzalan podrían acercarme a ti.
Soy poco más que mierda, ya que la mierda se deja ir a todas partes, está adentro de todos, la sienten. 
Pero la ignoran, dejan que fluya, no es desechable pero debe de irse.
Tengo algo que decirte. No lo voy a hacer porque sería igual a la mierda que te acabas de echar, te sentirás aliviada y suave como la zorra que se quería coger Polifemo.
 Pero me tendría que ir para siempre, en unos cuantos miles de años, todos nuestros átomos se reunirán otra vez, para formar un sólo individuo, bello, monoico, mayesiático en modestia, 
en estado de gracia.